- La Policía blindó el barrio
durante el fin de semana tras una disputa
- 'Charros' y 'Puercos' han
llegado a un acuerdo para evitar más incidentes
Berta
González de Vega | Málaga
Actualizado miércoles
14/11/2012 08:37 horas
Lo peor no
pasó y la Palma Palmilla, ayer, respiró un poco más tranquilo, aunque la pipa
de la paz entre dos clanes gitanos rivales no haya proporcionado la seguridad
de que la siguiente chispa no hará prender el fuego. Durante el fin de semana,
el barrio estuvo blindado por la Policía Nacional tras una disputa entre los
'Charros' y los 'Puercos' que culminó con tiros al aire.
Los vecinos,
acostumbrados cada cierto tiempo a escuchar el silbido de las balas, viven
atemorizados por el enfrentamiento desatado entre estas dos familias, las más
emblemáticas de La Palma-Palmilla. Una pelea les obligó a aislarse en sus
viviendas, a no dejar salir solos a sus hijos a la calle por miedo a una
bala perdida.
No sería la
primera vez. En 2008, una mujer de 32 años que estaba entrando en el portal de
su casa con las bolsas de la compra murió después de que le alcanzara en el
cuello la bala disparada en una discusión sobre la compra de un coche.
El detonante
de la última refriega fue "una pelea de niños", según cuentan
los vecinos. Al parecer, dos menores se enzarzaron y los parientes mayores
intervinieron, llegando a las manos. Según las mismas fuentes, miembros del
grupo de los 'Puercos' sacaron sus armas y efectuaron varios disparos al aire.
Una simple
discusión fue el asunto que motivó el tiroteo, pero detrás, viejas rencillas,
entre ellas, por el tráfico de drogas en la zona. Una rivalidad que vive
episodios dramáticos de cuando en cuando y la losa del estigma de barrio de
mala fama vuelve a caer sobre estas calles donde también convive una clase
media-baja trabajadora que intenta sacudirse el sello de “Lejano Oeste”
salvaje.
Después de
lo sucedido, la Policía Nacional, alertada por los ciudadanos del distrito, tomaron
la calle Cabriel, epicentro del enfrentamiento entre ambos grupos. Una
decena de patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana acordonaron el lugar
donde se habían producido los disparos y hallaron varios casquillos.
El barrio,
blindado y sus vecinos, de manera voluntaria, con el toque de queda que impone
la prudencia y la experiencia. En la memoria resuenan episodios como aquel que
tenía resonancias de West Side Story, de cuando se enamoraron dos chiquillos de
clanes rivales. En esta enemistad, no cabe que el amor se interponga entre los
lazos de sangre y los negocios.
Tras lo
ocurrido, el clan de los 'Charros' -aparentemente el más poderoso del barrio-
al sentirse amenazado y después de celebrar un cónclave, tomaron la decisión
de actuar para echar a los otros que, a su vez, llegaron a pedir protección
policial.
Los rumores
corrieron como la pólvora y el que se hizo fuerte es que conseguirían echar a
los 'Puercos', también conocido como los 'Santiago'. Y el clan rival se apostó
en Cabriel, en plena calle, por donde no quisieron pasar desde entonces muchos
vecinos.
El lunes, no
acudieron a clase los niños de los clanes que, como explican fuentes del
centro, “maman ese odio desde pequeños”. Ayer, apenas cuatro, de las dos
familias. Temen encontrarse todavía en la puerta o que se peleen en los patios.
Sí que acudió una madre para pedir el traslado de sus hijos a otro centro, más
cerca de las 720 viviendas.
Pacto y más vigilancia
A raíz de
este suceso, la policía ha reforzado su presencia con más controles para evitar
nuevas disputas entre los dos clanes y mantener la seguridad en La Palmilla. De
momento, no se han producido detenciones, quizás porque han preferido arreglar
sus problemas a través de las leyes gitanas. Al parecer, este lunes los
patriarcas y cabezas de ambos clanes tomaron cartas en el asunto y
mantuvieron una reunión para llegar a un pacto para evitar peleas que
desemboquen en derramamientos de sangre. Además, evitaban así detenciones,
porque la Policía iba a preguntar por los balines que encontraron. Según las
fuentes, en estos pactos va incluido el encubrimiento.
Tras la
fumata blanca, las familias de los 'Puercos' deberán dejar sus casas en el
corazón de La Palmilla para trasladarse a pisos de las 720 viviendas, la
zona de la barriada junto al estadio de La Rosaleda, mientras que los 'Charros'
harán el camino a la inversa. No obstante, los vecinos creen que la paz
alcanzada es frágil y temen nuevos incidentes.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/13/andalucia_malaga/1352829820.html